Montalto


Mi nona me despierta a los gritos. Al principio sólo puedo distinguir el canto, el non lo sacho e non lo posso credere e è così e il mio Montalto, todos juntos y alternándose una y otra vez. No sé en qué momento las palabras empiezan a cobrar sentido. Un sentido que funciona a base de tanteos y pruebas y errores y contextos y emociones. Lo que en otras palabras quiere decir que yo no entendía un carajo, pero, sí, estaba segura de entenderlo todo. O al menos todo lo importante. Esa sonrisa. Una sonrisa tan potente que quería explotar, que luchaba por salirse de los límites que le imponía la cara y, ya sí, abarcarlo todo.

59 años. Desde que el barco había partido de Génova, habían pasado 59 años. En ese entonces, el barco de mi nona (porque era de ella y de nadie, nadie más) se dirigía a la Argentina. Cómo habrá sido, qué habrán pensado y creído y sentido. ¿Creerían que volverían pronto? ¿Querían irse? ¿Querían volverse? ¿Más tarde? ¿Ya? Me cuenta que, apenas salido el barco del puerto, se cruzaron con otro que volvía. Agitaban (ellos, los otros) los brazos en dirección a Génova. Qué. Que se vuelvan. Me cuenta que la llegada a Buenos Aires fue llorar. Llorar por los yuyos. Llorar por los caballos muertos en los yuyos. Llorar por no entender nada sumergida entre tantos caballos muertos y yuyos (otra vez) y…ay.

59 años. Y ella nunca había vuelto. Hasta ahora. Primero a Génova, el lugar de la partida. Y después, unos días más tarde, a Montalto. Montalto es un pueblo de no más de ¿trescientos? habitantes, ubicado en la zona de Rionero Sannítico, que a su vez está ubicado en la provincia de Isernia, que a su vez está ubicada en la región de Molise, que a su vez Italia. Es un pueblo sin entrada en Wikipedia y donde la gente no le entra tanto a esto de las drogas digitales (hay excepciones), pero sí le entra mucho a esto de la comida (no hay excepciones). Es, también, el pueblo donde nació mi nona. Y donde vivió hasta los 15 años. 

Es por eso que el regreso a Montalto, 21535 días después de la partida (sin contar los años bisiestos), fue una inyección emocional intravenosa. Y con qué aguja. 

Sei Tiziano? No, sono Tonino. Tonino? Sí, Tonino, il figlio di Maria che è la cugina di Antonio che è il vicino del suo fratello. Que el hijo de la prima del vecino del hermano que. Mientras caminábamos por el pueblo, estos intercambios se daban cada diez pasos. Siempre terminaban igual: los ojos brillaban, se reconocían y se abrazaban en un "AH! TONINO!!". Y enseguida el café. Ahora sí, vieni. Que vengas, digo. Prendi, agarrá, dale. Y con esa misma aguja con la que antes te inyectaron emoción, bien podrían ahora inyectarte todo. Las galletitas, el café, el jamón crudo, el melón, los tallarines, la carne, el queso, los funghi, los ñoquis, el lemoncello, los ñoquis, los bombones, los ñoquis. Todo. Pero cómo iban a arrancarte el placer de degustar todo eso. Cómo. Nunca comí tanto en mi vida.

Mientras tanto, la sonrisa. Entre llantos y abrazos y ñoquis. La sonrisa vuelve y vuelve para volver a volver. Insiste. Estalla. De repente, la sonrisa se sale de la cara y corre (¡al fin!) entre los gallos, el verde, la montaña, el frío, las casas, las bienvenidas, las despedidas. Baila feliz bajo un papel picado de dialectos y reencuentros (y ñoquis). Y una vez que ya cayeron todos los papelitos, los junta uno por uno y los vuelve a tirar. Y así, una y otra vez, hasta que logra cubrirlo todo. 

Después de todo, las sonrisas que non capiscono niente pero lo entienden todo son así. Y no necesitan traducción. Ni un poco.




3 comentarios:

  1. Muy lindo Anto!!
    La nona no va a para de llorar.

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  2. Montalto

    Mia nonna mi sveglia urlando. In un primo momento posso solo distinguere la melodia, il.. “non lo saccio” non ci posso credere ed è così il mio Montalto, tutti insieme alternandosi una e più volte. Non so a che punto le parole iniziano ad avere un senso. Un senso che funziona sulla base di tentativi ed errori, contesti ed emozioni. Che in altre parole significa che non avevo capito un accidente, ma al tempo stesso ero sicura di aver capito tutto. O almeno le cose più importanti. Quel sorriso. Un sorriso così potente che vorrebbe esplodere, lottando per uscire dei limiti imposti dal volto e coprirlo per intero..

    59 anni dal momento che l'imbarcazione era partita da Genova, erano passati 59 anni. A quel tempo, la nave di mia nonna (perché era la sua e di nessuno altro) si dirigeva in Argentina. Come sarà stato, cosa avranno pensato e sentito. Credevano di tornare presto? Volevano andarsene? Volevano tornare? Più tardi? Subito? Mi racconta che, appena fuori del porto, incrociarono altri che tornavano. Agitavano (gli altri) le loro braccia verso Genova. Mi racconta che all'arrivo a Buenos Aires piangeva. Piangeva per le erbacce. Piangeva per i cavalli morti. Piangeva perché non capiva niente sommersa in mezzo a tanti cavalli morti ed erbacce (di nuovo) e ...

    59 anni. E lei non era mai tornata. Fino ad ora. Prima a Genova, luogo di partenza. E poi pochi giorni dopo, Montalto. Montalto è un paese di non più di trecento? abitanti, situato nel comune di Rionero Sannitico, che a sua volta si trova nella provincia di Isernia, che a sua volta si trova nella regione Molise, che a sua volta è in Italia. è un popolo senza collegamento in Wikipedia e dove le persone non amano tanto questa droga digitale (ci sono eccezioni), ma amano un sacco il cibo (senza eccezioni). E 'anche il paese dove è nata mia nonna. E dove ha vissuto fino a 15 anni.

    Ecco perché il ritorno a Montalto, 21535 giorno dopo la partenza (senza contare gli anni bisestili), è stata un'iniezione endovenosa di emozioni. E con che ago!

    Sei Tiziano? No, sono Tonino. Tonino? Sì, Tonino il figlio di Maria che è la cugina di Antonio che è il vicino di suo fratello. Mentre camminavamo per il paese, questi scambi sono stati ogni dieci passi. Finivano sempre allo stesso modo. Gli occhi brillavano, si riconoscevano e si abbracciavano in un: "Ah Tonino". E poi il caffè. Adesso, vieni. Vengo, dico. Prendi, non fare complimenti, dai. E con lo stesso ago con il quale prima ti avevano iniettato l'eccitazione emotiva, ora potrebbero iniettarti di tutto! Biscotti, caffè, prosciutto, melone, pasta, carne, formaggio, funghi, gnocchi, limoncello, ancora gli gnocchi, cioccolatini, gli gnocchi di nuovo! Tutto. Non ho mai mangiato così tanto in vita mia!

    Nel frattempo, sorridendo. Tra lacrime e abbracci e gnocchi. Il sorriso torna continuamente. Improvvisamente lascia il suo volto e corre (finalmente!) tra galli, case verdi, di montagna, freddo, tra benvenuti ed addii. Danza felice sotto coriandoli di dialetti e incontri (e gnocchi). E una volta caduti tutti i coriandoli, li riunisce uno per uno e li torna a lanciare. E così, ancora e ancora, finché non riesce a coprire tutto.

    Dopo tutto sono così i sorrisi che non capiscono niente, ma che capiscono tutti. E non hanno bisogno di traduzione. Neanche un pò.

    Traduzione a cura di Tito Frate

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  3. Orgullo, eso es lo que siento, y felicidad que hayas estado a su lado en la vuelta a su tierra!!

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Sobre mí

Antonella Veliz. Estudiante de Ciencias de la Comunicación. Apasionada de los viajes, de las culturas, del otro. Nerd e investigadora amateur. Planificadora compulsiva. Porteña renegada.